No me abrazan
Ya no me besan
las lenguas del diamante,
es lo mío
soledad salvaje
Arrancaron la estrella
de mi reflejo,
no quedan sonrisas
para el espejado
recuerdo.
Que me salí de siglo,
que lo sé,
que peco de vago,
que escupo espacios,
que lo sé.
Que mi manso milagro
sabe porqué
puede ganar otra vida,
sus asteriones,
su té de fresas
Quizás en Finlandia
payasee
y pregunten
cómo es una gota
de cinco versos.
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